Las obras de los maestros del Renacimiento italiano ofrecen una riqueza de detalles que se manifiestan a través de dos principales formas de lectura: la lectura superficial y la lectura hermética.
La lectura superficial: Esta forma, también llamada lectura académica del siglo XX, es la que ha recibido la aprobación de las academias y universidades. Se enseña ampliamente en instituciones educativas y universidades, y predomina en las descripciones de obras presentes en los libros de historia del arte.
La lectura hermética: Esta interpretación a menudo se trata de manera más sucinta en los textos académicos. Se enfoca en los motivos sutiles y en los pequeños detalles insertados en las pinturas para enriquecer la narrativa.
Ejemplo: La Mandorla, que representa una concha y en particular la concha de Santiago, está asociada con la diosa Venus y con la Virgen María. También simboliza el camino iniciático de los alquimistas, siendo un perfecto ejemplo de esta dualidad de lectura. Referencia: El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli, alrededor de 1485.
Numerosos diccionarios iconográficos ofrecen explicaciones detalladas sobre estos símbolos. Mis obras están diseñadas para ayudar a los estudiantes de historia del arte a dominar esta metodología o simplemente para despertar la curiosidad de los aficionados al arte.
Mi contribución única: Me esfuerzo por destacar los símbolos ocultos en las obras, a menudo de origen alquímico, astrológico, cabalístico o mitológico. La combinación de estos símbolos a menudo revela una narrativa paralela, intencionadamente ocultada por el artista, que puede complementar o contradecir la lectura superficial.
Tomemos como ejemplo "La Santa Ana" de Leonardo da Vinci. A simple vista, muestra una imagen piadosa de Jesús jugando con un cordero, acompañado por su madre María y su abuela Ana. Sin embargo, un análisis más profundo revela un subtexto alquímico que sugiere una fecundación divina, con una interpretación audaz relacionada con San Juan Bautista, una perspectiva que algunos podrían considerar herética.
Ese mismo espíritu desafiante es visible en sus dos versiones de "La Virgen de las Rocas", exhibidas en el Louvre en París y en la National Gallery en Londres.
Aplico esta metodología con pasión y precisión en numerosas obras, y los resultados hablan por sí mismos. Pero, como siempre, les invito a juzgar por ustedes mismos.
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